Exposición de Fotografías "AMOR FATI"

ruizsantiago.com

Fotografía

 AMOR FATI   Las fotografías, que en sí mismas no explican nada, son inagotables invitaciones a la deducción, la especulación y la fantasía. Susan Sontag. Amor fati -traducido desde el latín como “amor al/del destino”-, es un concepto que confiere carácter de máxima a que, todo lo que ocurre en la existencia humana, incluida las pérdidas o sufrimientos, son finalmente “buenas”, positivas o necesarias. Friedrich Nietzsche lo llamó el eterno retorno. En su obra De la Gaya Ciencia (1882), plantea que no sólo son los acontecimientos los que se repiten, sino también los pensamientos, sentimientos e ideas, una tras otra, en una repetición infinita. ¿Que hace que el artista se despoje de sus máscaras y se exponga en carne viva, gestos, y pensamientos? ¿Acaso despejar algún tipo de misterios ocultos? ¿Qué trata de susurrar la mirada desnuda, vaga o desenfocada? ¿La torna acaso subjetiva e interesada? La protesta, el dolor, la rabia y el desencanto también pueden ser una alternativa de interpretación. Puede que se asocie a cierto concepto de obra final o de la decadencia instaurada en la propia imagen. Será aquí donde la incerteza del autor haga que hable en primera o tercera persona; en los tiempos actuales será que la imagen, alterada digitalmente, se ponga en discusión o pretenda señalar que, en esencia, no existe nada nuevo. Roland Barthes en La Cámara Lúcida” señala que “la foto-retrato es una empalizada de fuerzas. Cuatro imaginarios se cruzan, se afrontan, se deforman. Ante el objetivo soy a la vez: aquel que creo ser, aquel que quisieran que crean, aquel que el fotógrafo cree que soy y aquel de quien se sirve para exhibir su arte.”

 A primera vista me capturó la nueva obra de mi amigo y colega el artista visual Víctor Ruiz y acepté el desafío de decir unas palabras de su Amor Fati. Me costó meterme a su mundo de sombras, pero me dejé llevar por los matices de luz, el misterio, las texturas y mi curiosidad por la simbología de las criaturas que lo acompañan en este viaje. Me vinieron a la mente los cuentos mitológicos que Joseph Campbell analiza en sus libros, y las entrevistas que le hiciera el periodista Bill Moyer. Me pareció estar frente a un personaje múltiple en una misión de héroe. Como sugiere Susan Sontag en la introducción de Víctor, recibí una invitación a especular y fantasear, y a que el autor de esta obra fotográfica me lleve a un viaje de submundos. En esta aventura me guiará por una senda donde su estado psicológico está en constante evolución, sus demonios esperan a cada vuelta en ese mundo alterno que debe atravesar, al aceptar el reto del mentor con quien se encuentra al principio de su fábula. Pero para aceptar este reto de auto descubrimiento, toma un camino donde se expone a quedar indefenso. Es en el autorretrato donde uno se muestra en su estado más vulnerable. Me encuentro con un autorretrato de su retrato. Se aleja de un mundo conocido para ahondar en el universo de su subconsciencia y nos deja explorar las sombras oscuras y amenazantes de su mente. Nos mira a nosotros o se mira como en un espejo. ¿O solo es capaz de verse a través de los ojos del espectador? El Amor Fati del cual nos habla Nietzsche es el amor a nuestra vida y destino. Toma todos los altos y bajos, los desastres y crisis como una oportunidad y desafío. Joseph Campbell, el filósofo y experto en mitología, seguidor de las teorías de Nietzsche, en su libro El Poder del Mito dice que hay un patrón común de cuentos que hablan del héroe que enfrenta un desafío y una aventura, y sale victorioso en una crisis decisiva de la que finalmente retorna. Este viaje, en la mitología, se conoce como el monomito. Hay temas recurrentes en el cuento de la búsqueda o misión, a pesar de originarse en diferentes culturas y religiones. Estos temas los encontramos en una variedad de mitologías monomiticas de héroes, como en las sagas cinematográficas Star Wars, Harry Potter, Lord of the Rings o The Matrix, por nombrar algunas. Campbell describe 26 pasos o etapas que tendrá que cumplir el héroe en su travesía. Yo simplemente observo los pasos del monomito que, para mí, tienen coincidencias con la estructura del ensayo fotográfico de Amor Fati. Al abrir la secuencia se nos presenta el héroe, quien se encuentra con un esqueleto. Frecuentemente es un animal quien llama. La llamada a la aventura se rechaza por miedo, resistencia al cambio. Es necesario descender a la cueva sin poder volver. Campbell dice: “la cueva a la que temes sostiene el tesoro que buscas”. El héroe no acepta la llamada. No nos confronta hasta el encuentro con el cóndor. Las aves son los mensajeros entre el reino de los mortales y lo divino. En la mitología griega, Hermes, el mensajero de los dioses, por ejemplo, frecuentemente es acompañado por un halcón. Hay viaje, combate, disputa, alguien muere. La imagen se fractura y desciende. Hay amor. Et pourtant. “Sin remordimiento, sin remordimiento, me iré. Mucho antes de mí, no hay esperanza de volver”. Se fragmenta el pasado y el héroe se confronta a sus demonios, busca aliados. Se hace consciente la inconsciencia. Se apropia de ese mundo alterno porque nos ofrece potencial sin realizar. Desciende al infierno. Nace de nuevo. Una delgada línea roja separa los dos mundos que habita el autor. Los demonios nos persiguen y es necesario pasar rápido a esta resurrección. Vuelve el héroe. En la película El Retorno del Jedi, Darth Vader le pide a su hijo Luke que le saque su máscara. Luke le contesta, “pero, padre, morirás”. El destino se cumple y el círculo se cierra. Y quizás al sacar nuestras máscaras, La Fuerza nos ayudar a vencer nuestros males.   Mariana Matthews Quitacalzón,Valdivia. 1 de diciembre,2023    
Buscar